lunes, 21 de marzo de 2016

COMERCIANTE ENVIDIOSO.

  Juan Francisco como comerciante iba decayendo, cuando entabló de nuevo amistad con Julio G., se habían conocido años atrás. Ambos se dedicaban a la venta de electrodomésticos. Llegaron a ser íntimos amigos y se trataban como si fueran hermanos. Después de algunos meses Julio G, amplió sus instalaciones comerciales, debido a un auge en sus ventas. Había progresado más que su colega y éste, es decir Juan Francisco, comenzó a envidiarlo. Se mostraba descortés y malhumorado con su amigo y las relaciones personales entre ellos, comenzaron a enfriarse. Julio cada día progresaba más. Pero su amigo iba en decadencia. Juan Francisco empezó a sentir odio a su amigo sin ningún motivo, sólo porque su negocio tenía más prosperidad que el suyo. Se le presentaron problemas de salud, económicos y diversos malestares. Vinieron las riñas con su esposa e hijos, pues mantenía de mal carácter y no atendía bien a los clientes, siendo este su mayor defecto. Buscó un pretexto para pelearse con él. En una fiesta donde ambos asistieron, Juan F, ofendió a Julio G., argumentando que no le pagaba el trabajo de muchos meses.

JOSÉ FARID H.

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