lunes, 17 de agosto de 2015

REFLEXIONES ESTÉTICAS.


  Juan Ramón se encuentra en unos años de gran actividad. Funda la revista Índice(1921), en la que colaboran escritores ya consagrados, como Antonio Machado y Ortega y Gasesst,, junto a jóvenes como Gerardo Diego, García Lorca y Jorge Guillen. Posteriormente creará otras todas ellas de vida efímera-, como Sí, Unidad y Ley. Publica la Segunda antología poética (1922), que incluye muchos poemas no publicados antes, pertenecientes a libros que habían quedado inconclusos, y que ha sido tal vez el conjunto lírico más difundido y leído del autor. No pocos poetas han confesado que su vocación se despertó al leer esta antología juanramoniana, escrupulosamente seleccionada y ordenada por el autor, en la que, además de múltiples ejemplos de extraordinaria poesía, podía advertirse muy bien el ejemplar proceso de depuración y de amor a la obra bien hecha -incluso en su cuidada presentación externa- que son caracteres inherentes a la poesía de Juan Ramón Jiménez.
Por los mismos años de la Segunda antología poética, el autor compone también prosas -como un famoso Autorretrato (para uso de reptiles de varia categoría) y diversas reflexiones estéticas, resueltas muchas veces en forma de breves aforismos, modalidad que también cultivó ocasionalmente Antonio Machado y que rebrota de vez en cuando en poetas posteriores, como Vicente Aleixandre. En revistas y cuadernos unipersonales y exquisitamente editados, como los titulados Unidad, Sucesión y Hojas, se encuentran muchas de esas prosas aforísticas, importantes para conocer las ideas estéticas de su autor. He aquí unas muestras: ¨No hay forma mejor y peor, sino ideas y sentimientos exactos o imperfectos¨; ¨ningún día... sin romper un papel¨(sutil transformación del ¨nulla dies sine linea¨(ningún día sin escribir una línea) de Plinio el Viejo en orgullosa proclama de autocorrección y exigencia); ¨clásico es todo aquello que, habiendo sido-o, mejor, por haber sido- exacto en su tiempo, trasciende, perdura¨. O esta otra reflexión, que revela muy bien el cambio de actitud de Juan Ramón Jiménez ante las formas métricas y su utilización en la poesía:

Para que la poesía sea lo que nosotros queramos, el verso libre, blanco, desnudo; para que sea lo que ella quiera, el consonante, el asonante, la medida y el acento exactos.

RICARDO SENABRE SEMPERE.

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